Nacida aproximadamente en el siglo III d.C. en Nicomedia a orillas del mar de Mármara, hija de Dióscoro, un rey sátrapa y pagano. La joven princesa se negó a seguir las creencias de su padre y se declaró seguidora del cristianismo, esto enfureció al rey y la encerró en una torre, Bárbara a pesar de su cautiverio se hizo bautizar por un sacerdote; como prueba de su fe, hizo instalar una ventana adicional en su torre, cuando el rey descubrió que las tres ventanas de la torre simbolizaban la sagrada trinidad cristiana, decidió martirizar a su hija para obligarla a abjurar y renegar de su fe.
Fue flagelada, quemada, mutilaron sus senos, fue arratrada por caballos y totalmente desnuda fue exhibida publicamente, cuenta la leyenda que cuando fue despojada de sus vestiduras del cielo cayeron copos de nieve que taparon por completo su desnudez; todas estas humillaciones las soportó y mantuvo su fe. Dióscoro solicito juicio para su hija de 18 años de edad y pidió la pena capital, exigiendo el derecho de ejecución. Su solicitud fue concedida, narra la leyenda que en el momento que este decapita a Bárbara cayó un rayo del cielo que le fulminó de inmediato. Esto fue interpretado como una señal divina y la joven mártir comenzó a ser considerada patrona de la muerte repentina, dueña de los rayos en casos de tormenta, protectora de bomberos, artilleros y mineros. Se le celebra el 4 de diciembre, conmemorando la fecha de su muerte.
Es representada con una corona que simboliza que al morir aferrada a su fe, alcanzó el reino de los cielos, en algunas imágenes la tiara es la de una princesa y en otras toma forma de torre. La torre de tres ventanas simboliza el cautiverio que padeció. En su mano derecha porta una espada que representa el arma con la que su padre le quitó la vida. El cáliz en su mano izquierda representa su conversión al cristianismo. La rama de olivo representa el martirio padecido. El manto rojo simboliza su linaje real y la sangre de Cristo.
Venerada por católicos y no católicos (religiones de corte animista), le ofrendan manzanas y rosas rojas, uvas y vino tinto. Los promeseros elaboran mantos rojos bordados, en algunas regiones le ofrecen bailes de tambor y banquetes en su honor. Se le encienden velas rojas y entre tantas oraciones se le puede recitar la siguiente: "Santa Bárbara bendita, que teñiste con la púrpura de tu sangre tu casta virginidad por amor al Señor, defiéndeme de las tempestades, incendios, hecatombes y calamidades todas de este mundo. Líbrame de la muerte repentina. Intercede por mí al Señor para que me ayude a lograr la prosperidad en esta vida, a vivir en santa amistad y llegar al fin de mis días en paz en su divina gracia. Amén."
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