Atardecer en Punta Cardón
Cortesía Ing. Alberto Medina Colina
En 1815 se estableció la
Provincia de Coro, este territorio conocido como cantón Coro cuando entre 1821
y 1830 fue anexada a la Provincia de Maracaibo como parte del departamento
Zulia, pasando en 1830 a ser nuevamente Provincia de Coro; al arribar a estas tierras los conquistadores
y colonizadores europeos encontraron pobladores aborígenes pertenecientes a la
etnia caquetía, grupo indígena venezolano que habitaba en la costa
noroccidental de Venezuela en el territorio situado entre el actual estado
Falcón y el lago de Maracaibo, alcanzando en ocasiones zonas del estado Lara hasta
las riberas del río Yaracuy; mantenían relaciones comerciales basadas en el
trueque o intercambio de mercancías con las islas de Aruba, Bonaire y Curazao.
Etnias aborígenes
La economía era netamente
agrícola (maíz, batata o boniato, yuca) y se complementaba con la cacería de
pequeños mamíferos y aves, aunque los que habitaban cerca de las costas marinas
eran recolectores marinos. Vivían en chozas y el sedentarismo les permitió
desarrollar sistemas de riego para sus cultivos, se establecieron en
territorios llanos o planos, pues consideraban las montañas lugares sagrados
donde moraban los dioses.
Cerro de Santa Ana
Las crónicas de los colonizadores
describen a los caquetíos como hombres de elevada estatura y contextura fuerte
y de piel de un color “casi blanco”, las mujeres impactaron por su hermosura;
tanto hombres como mujeres vestían con taparrabos y no se cubrían el pecho.
Poseían una organización política
definida, gobernados por un cacique al que llamaban “Diao”, el Diao Manaure fue
llamado por los españoles “el Señor de Paraguaná”, gobernaba una aldea muy
extensa denominada Todariquiba, también llamó la atención de los españoles que
estos nativos manejaban el concepto de “nación caquetía”, lo que explicaba su
pertenencia e identidad con respecto al territorio que habitaban. El cacique
Manaure era el líder político y religioso de su pueblo, se le considero un
pacifista y sabio consejero cuya influencia se extendió a las islas del Caribe
y a los actuales límites de Falcón y Lara, habitada entonces por las etnias
ayamanes y jirajaras, parientes de los caquetíos. Para evitar que su pueblo
fuese masacrado Manaure pacta con Juan de Ampíes la libertad de sus parientes y
vasallos, agradecido acepta ser bautizado con el nombre de Martín Manaure;
posteriormente Ambrosio Alfinger toma el poder de la Provincia de Coro, expulsa
a Ampíes y apresa a Manaure. Cuenta García de la Torre en su obra “Caciques
Venezolanos” que Manaure es liberado y le otorgan señorío sobre sus tierras y
vasallos, pero los españoles rompen este pacto y Manaure se retira con sus
guerreros a las tierras del cacique Yaracuy y muere en un enfrentamiento contra
los españoles.
Monumento al Indio Manaure
Santa Ana de Coro
De religión politeísta, los
caquetíos adoraban como dioses principales al Sol y la Luna. El Piache era una
especie de sacerdote-curandero (denominado en otras tribus Chamán), era el
adivino y portavoz de los espíritus; como en el caso de Manaure, los caciques
además de ser jefes políticos tenían poderes mágicos y religiosos; su creencia
en los espíritus les permitía profesar la afirmación de que existía una vida de
ultratumba.
A su llegada, los españoles
implantaron sus organizaciones político-administrativas, impusieron su idioma,
su fe, sus costumbres y tradiciones. En lo social la sociedad aborigen conformada
por el Diao, sus guerreros y vasallos paso a estar conformada por blancos e
indios, que iniciaron un proceso de mestizaje que se intensifico con la
incorporación de los negros provenientes
de África en calidad de mano de obra esclava. La sociedad falconiana ha
ido desde entonces evolucionando de acuerdo a los cambios políticos y
económicos que experimenta la sociedad venezolana.